El proyecto se llama Easytech Pro y se trata de una bicicleta terapéutica que posee una silla para el paciente y permite fortalecer su aparato respiratorio, su musculatura mientras toma aire puro.

Fue la tesis que Blas, de 26 años, preparó para recibirse de ingeniero industrial, en la Unsta (Universidad del Norte de Santo Tomás de Aquino).

“Mi hijo ya está bastante grande y tiene muchísimas actividades. Cada vez se complicaba más trasladarlo: como no puede caminar, bajarlo y subirlo de la silla de rueda al auto y viceversa era todo un trabajo. Un amigo en común nos había recomendado pedirle ayuda a Diego”, relata Claudia, la madre de Ernesto Araóz, para todos Ernestito, que nació prematuro y una hemorragia cerebral  le causó parálisis.

“Así lo conocí a Ernestito. Su mirada me atrapó desde el primer día”, recuerda Diego, que en ese momento ideó una rampa plegadiza para el vehículo utilitario que tienen los Aráoz.  Y agregó: “Pensaba casi todas las noches en él, en cómo podía ayudarlo. Empecé a hablar con médicos especialistas y me decían que uno de los principales inconvenientes de la parálisis cerebral es que, al no poder moverse los pacientes, se les van atrofiando los pulmones".

“El tema era diseñar algo que no fuera sólo para pasear. De alguna forma, Ernestito tenía que mover su cuerpo. Empecé a entrevistar durante un año a médicos y terapeutas expertos. Así fui armando mi proyecto y fabriqué este rodado que en la parte de atrás es como cualquier bici. Adelante, le incorporamos una silla ergonómica con pedales. Los pedales de atrás impulsan la bici mientras que los de adelante se mueven solos a un ritmo mucho más lento, logrando el proceso de rehabilitación. La bicicleta tiene una palanca en el manubrio para desacoplar o acoplar el sistema de pedales delantero”, explica este joven tucumano.

Aunque recibió cientos de pedidos de familias de todo el mundo, que deseaban comprarle la bicicleta única de su tipo, Blas ya pudo pantentarla pero todavía no puede producirla masivamente. Blas espera conseguir pronto un inversor y continuar con su proyecto que no deja de tener un costado humano y solidario.

Fuente: La Gaceta.