Experimento no apto para golosos: dejar de comer azúcar por un mes
Sacha Harland, un holandés de 22 años, decidió exponerse a la abstinencia de los azúcares refinados y contó su experiencia desde la irritación a un cambio de energía total.
Parece fácil pero no lo es. Abandonar completamente los alimentos que contienen azúcar no es para todos, requiere de voluntad y perserverancia.
La productora holandesa LifeHunters convocó a Sacha que tuvo que abandonar el azúcar, alcohol y comida chatarra en general.
En su primera semana a base de jugos naturales, fruta, verdura y otros alimentos no procesados, Harland cuenta que pasa hambre constantemente y que se siente falto de energía. Incluso tiene que soportar que sus amigos se burlen tomando cervezas o comiendo pochoclos en el cine.
Los productos que no son considerados dulces, como las papas fritas, la salsa de tomate industrial o las sopas de supermercado, tienen sacarosa aunque muchas veces no lo sepamos.
"Lo más difícil fue pasar la primera semana y media. Tenía que buscar qué podía comer y qué no, y fue complicado", confió Sacha a BBC Mundo.
El documental relata que a los 25 días de dieta, el joven comenzó a sentir los beneficios de una vida más sana. Él mismo lo relata a cámara: "La última semana está a punto de terminar y me levanto con más facilidad y tengo más energía".
Sobre los verdaderos beneficios de una dieta sin azúcares refinados, además de bajar de peso y sentir más energía luego de la abstinencia; Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile a BBC Mundo: "Depende de la cantidad de azúcar y alcohol que consuma antes de someterse a la dieta".
Y agrega: "Sería raro que alguien que consuma una cantidad normal sintiera esos cambios". Según la OMS una cantidad normal diaria de azúcar (el equivalente al 5% de total de calorías ingeridas) es la que permitiría cumplir con "una dieta sana óptima".
Fuente BBC/ LifeHunters