El físico y compositor, Doménico Vicinanza, transformó de manera fascinante una serie de datos espaciales en notas musicales.

Las sondas Voyager 1 y 2 llevan a bordo muestras de música terrícola como mensaje a otras civilizaciones. Pero ahora, pueden jactarse de su composición.

Cada uno de los aparatos, lanzados en 1977, tiene detectores de rayos cósmicos que cada hora miden la cantidad de protones que pasan por las sondas.

Cada uno de los aparatos, lanzados en 1977, tiene detectores de rayos cósmicos que cada hora miden la cantidad de protones que pasan por las sondas.

En los 37 años de viaje de las Voyager se ha generado una gran cantidad de mediciones. Vicinanza asoció las cifras de estas mediciones a distintas notas musicales.

En este fragmento la Voyager 1 'toca el piano', mientras que la Voyager 2 la acompaña con instrumentos de viento. Cuando las notas coinciden significa que las dos sondas hicieron mediciones idénticas a pesar de encontrarse a billones de kilómetros de distancia la una de la otra.