“El descubrimiento de estufas neolíticas no es algo muy extraordinario, pero ésta representa una verdadera revolución tecnológica para la época”, comentó a EFE Marcel Buric, jefe del equipo de arqueólogos que descubrió el aparato en el yacimiento neolítico de Gradac.

Además agregó “hemos hallado en el horno los restos de al menos dos recipientes, de unos tres o cuatro litros cada uno, que suponemos servían para calentar agua”, lo que implica una verdadera revolución 6.500 años atrás.

“Los hogares sin protección fácilmente podían provocar incendios en casas con techo de paja, como eran las de aquella época. Éstas estufas con cúpula disminuían considerablemente el peligro”, explicó Buric, profesor en el Departamento de Arqueología Prehistórica de la Facultad de Filosofía de Zagreb.

“Si tratamos de reconstruir la vida de una familia de hace 6.500 años, podemos imaginar que, gracias a esta estufa, tenían donde cocinar, un recinto caliente para estar y agua caliente para lavarse al volver de una larga jornada afuera”, describió el especialista.

El yacimiento de Gradac está dentro de una zona arqueológica neolítica que abarca partes de Croacia, Serbia y Bosnia, y es considerada una de las regiones tecnológicamente más avanzadas hace 5.000 años