Crean músculos artificiales para robots y humanos
Un equipo de investigadores estadounidenses desarrolló, con materiales de bajo costo, una serie de músculos artificiales capaces de tocar delicadamente algo o levantar objetos pesados. Son aptos para prótesis humanas.
Ingenieros y científicos desarrollaron nuevos músculos artificiales y otros materiales flexibles que próximamente se aplicarán a una nueva generación de robots humanoides y que también tendrán aplicaciones médicas para humanos.
“Como lo hacen los músculos biológicos, los solenoides HASEL pueden reproducir la adaptabilidad de los tentáculos de un pulpo, la velocidad de un colibrí y la fortaleza de un elefante”, aseveró el profesor Christoph Keplinger, quien lidera el grupo a cargo de la investigación del Colegio de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la universidad de Boulder, en Estados Unidos.
Los expertos lograron construir solenoides (transmisores de fuerza) que pueden “replicar la versatilidad y desempeño” de los músculos reales. Esos músculos “alcanzan o superan la fortaleza, velocidad y eficiencia de los músculos biológicos”, sin el alto costo asociado con músculos artificiales del pasado, pero con “autosensibilidad a los movimientos”.
Por eso, además de ser usados en los nuevos androides, también se usarán en la nueva generación de prótesis de brazos o piernas para humanos.
Keplinger y sus colaboradores desarrollaron tres clases distintas de músculos artificiales. En un caso, se trata de músculos circulares que, al actuar en grupo, tienen un efecto similar al de cerrar el puño entre los humanos, es decir, permiten tomar objetos.
En otro caso, los músculos son más largos y poseen una alta capacidad para estirarse, como los brazos de un jugador de béisbol al lanzar la pelota.
Y el tercer diseño consiste en “bolsillos rectangulares” que, al agruparse, superan la velocidad de movimiento de los músculos humanos, por lo que se anticipa que se usarán en robots.
“Podemos producir estos artefactos por unos 10 centavos (de dólar) incluso ahora. Los materiales son de bajo costo, escalables y compatibles con las actuales técnicas industriales de producción”, afirmó Nicholas Kellaris, estudiante de doctorado y miembro del equipo de Keplinger.
EFE