En Kenia ya generan combustible y energía a partir de las heces humanas
La empresa social Sanivation busca mejorar la vida de miles de familias de extremos bajos recursos que habitan en los alrededores del lago Naivasha, en Kenia. El tratamiento de los deshechos humanos abre un nuevo camino social y económico.
Más de una vez se mencionaron las grandes posibilidades de generar combustible y energía natural a partir del tratamiento de las heces de los animales, pero ahora una empresa en África avanzó con los deshechos humanos.
"Nuestro objetivo inicial era buscar una solución para la correcta gestión de los excrementos humanos. Y queríamos hacerlo a través de un modelo empresarial sostenible", explica Dickson Ochieng de la empresa Sanivation en diálogo con El País. Y agrega: "Empezamos implantando servicios en las casas, pero luego se nos ocurrió desarrollar un sistema para generar combustible a partir de las heces y atajar así otro problema, el del acceso a la energía limpia".
Actualmente la compañía cuenta con 40 asalariados y casi 400 letrinas secas implementadas en la provincia de Karagita, donde aumentan las zonas sin defecación al aire libre, explica la periodista Tiziana Trotta.
Las familias que instalan la letrina seca en sus casas pagan una pequeña cuota de 200 chelines al mes (aproximadamente 1,65 euros) para que los empleados de Sanivation se encarguen de limpiar la bolsa séptica cada dos días.
Una vez que recolectan los residuos, les entreguen contenedores vacíos (uno para las heces y otro para la orina) y arena. Los desechos se transportan a la planta de tratamiento.
Los excrementos se depositan en una especie de disco de metal, que usa la energía solar para cocerlos. De ahí pasan a otra maquinaria que los convierte en briquetas, que no huelen ni tienen la misma apariencia que las heces.
Estas briquetas cuestan lo mismo que el carbón, pero queman durante más tiempo y producen menos dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero.
"La gente al principio era escéptica, pero lo que quiere es ahorrar y confía en nosotros. Desde que hemos empezado con este trabajo, el cólera y la diarrea han desaparecido del mapa de la provincia", sostiene orgulloso Ochieng aunque remarcó que necesitan el apoyo de los Gobiernos locales.