Argentina, a punto de lanzar el primer satélite de comunicaciones
El primer satélite de comunicaciones argentino será lanzado al espacio entre septiembre y octubre. Brindará servicios de televisión digital abierta, telefonía e Internet para el país y el continente.
El presidente de la empresa estatal de telecomunicaciones ARSAT, Matías Bianchi, dijo que el país "está a la espera de la confirmación de fecha por parte del lanzador (Arianespace)”.
Bianchi destacó que “no hay más de ochos países en el mundo que tengan la capacidad de fabricar satélites geoestacionarios del tamaño del Arsat-1”, y que el hecho representa un hito nacional.
El satélite brindará, para la Argentina y la región americana, “distribución de la televisión digital abierta (TDA), de señales para cableoperadores y de contenidos hacia afuera de la Argentina".
Además, ofrecerá Internet y participará “en la industria de telefonía celular para reemplazar conexiones en lugares donde no las hay y cubrir zonas aisladas”.
En tanto, el subgerente general de la empresa rionegrina de tecnología INVAP, Vicente Campenni, explicó que “la cobertura de estos satélites incluye no solamente la productividad comercial iluminando las zonas de mayor población, donde hay más negocios, sino también las zonas que son menos rentables pero que se necesitan para el crecimiento social de la Argentina”.
“Durante ocho meses se realizaron ensayos funcionales y ambientales para garantizar que el diseño, la fabricación y la integración del satélite sean los adecuados para soportar el ambiente severo durante su lanzamiento y los 15 años de vida útil”, detalló Campenni .
Además, destacó que en el proyecto participaron alrededor de 400 personas en distintos momentos, "pero cada una se siente dueña del satélite completo”.
El subgerente general de INVAP remarcó que “este proyecto es muy importante para el país” y recordó que “desde la fundación de INVAP, el doctor Varotto (Conrado) siempre nos inculcó el no al colonialismo mental, o sea, se puede”.
En cuanto al tiempo de fabricación, explicó que “duró varios años” y que al ser “un satélite productivo para el país implica requerimientos mucho más exigentes a la hora de diseñarlo, fabricarlo, implementarlo y testearlo. Es un satélite que tiene que durar tres veces más que uno de observación de la tierra”.