Con las imágenes del lanzamiento del ARSAT-1 tan fresacas en la retina, las explosiones en las bases espaciales cobraron una dimensión desconocida para los argentinos.

La falla del lanzamiento de un cohete no tripulado, que llevaba suministros a los astronautas que orbitan la Tierra en la Estación Espacial Internacional, dejó mudo a medio planeta.

La nave explotó segundos después de su lanzamiento en Virginia, EEUU, y se envolvió en una bola gigante de fuego.

El despegue había sido suspendido el día anterior, porque a último momento se detectó la presencia de un vehículo en un área restringida, previamente delimitada.