La alegría no es solo brasilera. Una familia argentina demostró en las playas de ese país cómo se arma una fiesta improvisada.

En principio la idea era poner un poco de música sin molestar a nadie pero para bailar en familia, pero la gente se fue sumando, eran cada vez más, armaron un trencito que entraba y salía del mar y hasta recordaron el hit del mundial cantando todos juntos y a capela.