Un equipo de una agencia publiciaria estuvo durante un mes enseñando al vecindario de Estambul el lenguaje de señas.

Su hermana Ozlem fue la cómplice que lo llevó por los lugares marcados en los que podían seguirlos las cámaras.

El anuncio publicitario fue concebido para concientizar sobre la soledad a la que se enfrentan las personas con problemas para comunicarse.