Un empujón al desánimo. Eso es lo que consigue mostrar la historia de Kayden, un nene a quien le diagnosticaron onfalocele, una grave afección de los órganos internos.

A pesar de las muchas complicaciones que surgieron, su madre, Nikki Sessoms, decidió seguir adelante con el embarazo y ahora Kayden está luchando por aprender a caminar, después de que le amputaran el pie derecho y la pierna izquierda.