La curiosidad no mató al gato, pero le rompió unos cuantos huesos
El origen del refrán "la curiosidad mató al gato" queda confirmado en este video. El felino se obsesionó con una cajonera y, en su intento por ver que había adentro, el mismo se le cayó encima y lo dejó bastante averiado.
Este gatito seguramente aprendió la lección, pero luego de su paso por el veterinario, estimamos que no podrá volver a 'jugar' con los muebles de la casa.
Si tenés un gato así, asegurate de que no termine igual que éste.