Una turista caminaba en Japón por una plaza de Okunoshima, conocida como “la isla de los conejos”, cuando justamente estos animales interrumpieron su paso.

Como si fueran palomas en una plaza argentina, decenas y decenas de estos tiernos animalitos persiguieron a la mujer, quien se divertía con la situación.

Okunoshima es el hogar de miles de conejos, que se introdujeron durante la Segunda Guerra Mundial y enseguida se apoderaron del lugar.