Bernardo Cruz hacía una de las cosas que mejor saber hacer: descenso extremo. Esta vez, en Bratislava (Eslovaquia).

Pero a mitad de camino los espectadores comenzaron a pedirle que se detuviera...

Es que justo por la senda que recorría se encontraba un grupo de neonazis que se manifestaban contra la inmigración y los refugiados.