Para la tranquilidad de algún sorprendido, recordemos que se trata de una fantasía sexual consentida por sus participantes y que, de ninguna manera se trata de un sometimiento.

En la jerga sexual de este particular fetiche, la dominatrix "somete" a los hombres que disfrutan cumpliendo los caprichos de la mujer.

Lo curioso del caso, es que a los cinco les pareció buena idea mostrar la fantasía grupal en la calle. Los testigos no pudieron evitar echarse a reir, pero poco le importó a la "jauría".