Se trata de uno de los peces óseos más largos del mundo y, como suelen vivir en las profundidades del océano, un avistamiento como éste en las playas de México es bastante inusual.

Estos animales pueden alcanzar los 20 metros de largo y habitan el fondo del mar, alrededor de los 950 metros de profundidad.

Según las creencias japonesas, los peces remo predicen movimientos telúricos por su hábitat natural, mientras que los autores medievales los consideraban monstruos marinos.