Al fin, una azafata con onda
Un cambio de rutina nunca viene mal, en especial en un momento tan tenso como el de escuchar las instrucciones en caso de emergencia, mientras se espera el despegue. La azafata les brindó un gran monólogo a los viajeros, totalmente sorprendidos.
"Mi marido, mi nuevo novio y su abogada del divorcio les vana mostrar las medidas de seguridad del avión", comenzó la charla.
Una buena manera de descomprimir los nervios previos al ascenso y una buena manera de promocionar sus habilidades.