Vergüenza: la Justicia dijo que no hubo femicidio contra Lucía Pérez
El Poder Judicial de Mar del Plata condenó a ocho años de prisión a Matías Farías y Juan Pablo Offidani, acusados por el abuso y la muerte de Lucía Pérez, por considerar que el único delito que cometieron fue la venta de estupefacientes y que no tuvieron responsabilidad en la muerte de una menor de 16 años.
La principal defensora de los dos acusados de abuso y femicidio pidió la absolución durante su alegato, donde también admitió que Matías Farías tuvo relaciones sexuales con Lucía pero dijo que fueron "consentidas": “La intención de Farías era simplemente tener un buen momento con Lucía”, dijo la abogada según publicó el diario La Capital de Mar del Plata, pasando por alto su condición de menor de edad.
Casi como una provocación altanera, mientras este domingo las redes se vieron inundadas de una fuerte campaña por el #DíaContraLaViolenciaDeGénero la Justicia acreditó esa afirmación. Para los magistrados la muerte de Lucía Pérez, la joven marplatense de 16 años que fue emboscada, abusada por dos hombres que le vendieron drogas, asesinada y luego abandonada sin vida en un hospital, no fue un femicidio. Ni siquiera admitieron que estén tengan alguna responsabilidad por la muerte de la adolescente, sino que apenas los condenaron por haberle vendido drogas.
Hace algunas semanas en uno de los alegatos, movimientos feministas se indignaron cuando uno de los jueces discutió la existencia de un sistema machista que oprime a las mujeres en el mundo desde hace siglos, y la bronca tenía una razón: preveían lo que sucedió este lunes, cuando finalmente los jueces desconocieron la condición de menor de edad y el abuso de poder que supone el evidente engaño para aprovecharse de la falta de recursos de la adolescente para hacerse de la droga.
El fiscal Daniel Vicente configuró el “plan” del acusado: “Cobrarle la mercancía a Lucía, venderle más y acceder carnalmente a ella. A sabiendas de que, el rol esperable de este tipo de chicas, adolescentes, consumidoras de tóxicos de manera abusivas y sin ingresos propios, en su imaginario, propio de la sociedad patriarcal, es servir para saciar la necesidad sexual suya como hombre”, argumentó en su alegato mientras pidió perpetua.
Las pericias determinaron que la joven no había sido "empalada" como se dijo en un primer momento. El grupo de peritos médicos y bioquímicos coincidieron en que no se pudo comprobar que hubiera lesiones compatibles con abuso sexual y plantearon la asfixia tóxica como la principal hipótesis sobre la causa de muerte. Es realmente difícil probar abusos de manera pericial o vía testigos, es por eso que se reclama a la justicia una mirada de género para luchar contra el flagelo de tener una mujer muerta por día.
“El asesinato de Lucía se enmarca en un caso de tres varones adultos que usan la droga para relacionarse con ella, menor de edad. Hay una situación de dominación de estos varones con jóvenes, esto no se comprueba con huellas físicas. Esa dominación se entiende desde una perspectiva de género que te permite ver estos controles territoriales que ejercen algunos varones con las mujeres”, dijo a Cosecha Roja Laurana Malacalza, coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, quien participó del juicio como consultora especialista.