Thelma Fardín rompe el silencio: "Yo le dije que no, que no y él siguió"
Impactante entrevista en Página 12 donde la actriz se animó a contar cómo fue que Juan Darthés su compañero de elenco la violó cuando ella tan solo tenía 16 años y él 45.
"En el final de la gira de Patito Feo, en Nicaragua, llegamos del estadio y el hotel estaba colapsado. Yo sacaba fotos para mostrarle a mi mamá. Bajamos de la camioneta y a una compañera la arañaron y a otra le arrancaron una parte de la ropa. Nos llevaron al fondo, al sector de la piscina y lo cerraron, porque incluso había gente que pagaba para llegar al elenco. Nos dicen que de ninguna manera podíamos ir al lobby porque estaba estallado. No es que estábamos con una comitiva que nos protegía. Para irme a mi habitación subo por las escaleras de servicio. Atrás mío viene este hombre. Lo recuerdo patente. Ya era de noche porque en Nicaragua a las seis de la tarde no hay sol. Yo dormía sola en la habitación. Y este tipo estaba enfrente mío en la habitación y teníamos que bajar a comer y cortar un pastel porque era el cumpleaños de una compañera. Cuando quiero entrar a mi cuarto la tarjeta estaba desmagnetizada. Yo venía de la pileta y estaba con un shorcito básico, un vestidito arriba y la toalla. Él me dijo: "No podes bajar a la recepción. ¿Por qué no llamas desde mi habitación y que te suban una tarjeta?". Yo estoy haciendo esa llamada y me empieza a besar el cuello desde atrás. Me quede completamente paralizada. Incluso hoy si estoy haciendo una llamada y me empiezan a hacer eso me parece desubicado. En ese momento me desconcertó por completo. El me agarra la mano, me da vuelta, me hace que lo toque, me muestra que estaba erecto y me dice: -Mira como me pones".
Así comienza el relato que Telma Fardin le hizo a Luciana Peker sobre la violación que sufrió por parte de su compañero de elenco en la tira Patito Feo, Juan Darthés, cuando ella era menor de edad. "Se produce una situación de aprovechamiento. El me tira en la cama. Me corre el short. Me practica sexo oral. Yo le digo que no, le digo que no y su nombre. El sigue y me toca. Me mete los dedos. Y en ese momento le digo "Tus hijos tienen mi edad". Después descubro que es algo muy propio de las víctimas pensar en lo que el victimario no piensa. Y pensar que no puede estar pasando. Yo le seguía diciendo no. Es una frase muy contundente. Y él, sin embargo, se sube arriba mío y me penetra. En ese momento tocan la puerta para traerme la tarjeta. Eso logra que el salga de encima mío. Yo salgo corriendo a la puerta. Él me dice que no me vaya. Yo me meto en mi habitación a bañarme un rato largo. No entendía. Era una nena. Salía completamente de lo que podía manejar. Yo tuve que googlear cuantos años tenía en ese momento (45 años) porque para mí era un señor. Fin. Podía ser mi papá. Ni sabía cuántos años tenía".
Lo que vino después no fue menos importante. Un acoso y una persecución sobre ella. "Baje a cenar y él me miraba. Yo no soportaba la mirada que me generaba mucha opresión. Enseguida empieza a llamarme por teléfono y me decía "Vení a mi habitación". Yo le decía que no de ninguna manera y cortaba. "Me decía por favor, vení". Y "Si no queres venir paseate por el pasillo", "Decime que tenes puesto". Yo colgué el teléfono a pesar que siempre me despertaba con el teléfono como despertador para asegurarme de no quedarme dormida. Me quede casi despierta toda la noche. Baje al lobby a la mañana y este tipo, que era el único adulto entre los actores, había otra gente pero de técnica, que a veces no estaban en el mismo lugar. Él decía "Yo era un pibe más". Y ese es el problema. No era un pibe más, era un señor. Pero le dice a dos chicos "No pude dormir, estuve toda la noche al palo". Y me mira como con una complicidad que no existía".
Juan Darthés, en palabras de la víctima también la presionó laboralmente. Estaba con la valija y él se me acerca y me dice: "A vos nunca te va a faltar trabajo". Si yo accedía él me iba a garantizar trabajo y mi trabajo iba a estar supeditado a mis servicios sexuales y no a mi talento.
A los dos meses me empezó a cosquillear toda la cara y no podía parar de llorar y llorar. Mi mamá me llevo a una guardia porque estaba muy asustada. En la guardia me reconocen y me dicen "No, esta chica está muy estressada por todo lo que vivió". Ellos se referían al éxito y yo estuve como dos meses tirada en el sillón de mi casa viendo películas, me deje, me abandoné, con jogging y remera, no me gustaba mi cuerpo. Yo rendía libre y no iba todos los días al colegio. Pero nos quedamos con ese diagnostico.
Cuando Calu Rivero habla en los medios sobre su experiencia laboral una amiga la desestima en una charla y yo digo "Tuve una experiencia de mierda". Hace dos meses le puse palabras. Y es muy desesperante no poder hablar porque él me puede atacar. Pero hay que entender, por sobre todo, que las víctimas tardamos un largo proceso en poder hablar. Y que hace diez años se estaban cortando polleras en la televisión. Ojalá que esa cosificación cambie.