Sara y Mario: así los separaron y así pudieron reencontrarse
La clave para haber conseguido esta nueva identidad fue el Banco Nacional de Datos Genéticos, que a través entrecruzamientos de ADN determinaron el parentesco.
Sara, la mamá de Mario, nació el 25 de enero 1956 en Tucumán, trabajaba en un hotel de la capital tucumana donde vivía con sus hijas de 3 y 1 año.
En julio de 1975, al regresar del trabajo por la madrugada la secuestraron en la puerta de su vivienda y la llevaron a una comisaría, donde permaneció detenida. Entre mayo y junio de 1976, dio a luz a Mario en la cárcel de Villa Urquiza, en cautiverio y esa fue la última vez que lo vio.
Sara vivió atemorizada y 30 años más tarde se decidió a denunciar los hechos, en la Secretaría de derechos humanos de Tucumán, primero, de la Nación, después, y en 2007 dejó una muetsra de su sangre en el banco genético.
Mario fue anotado como si hubiese nacido en 1977, en un pueblo de la provincia de Santa Fe. Desde chico sospechó que no estaba con su familia biológica, y su búsqueda se fue desarrollando por historias que conoció de personas allegadas a su familia.