Renunció el juez que investigaba la muerte de Débora Pérez Volpin
La causa por la muerte de la periodista y legisladora porteña luego dfe una endoscopía en la clínica La Trinidad, cambiará de juez ya que quien estaba a cargo renunció.
La causa por la muerte de la periodista y legisladora porteña Débora Pérez Volpin, el 6 de febrero último durante una endoscopía en la clínica La Trinidad, cambiará de juez ya que quien estaba a cargo, Gabriel Ghirlanda, subrogante del Juzgado en lo Criminal y Correccional 57, un día antes de conocerse más datos de la autopsia, renunció.
Después de su sorpresiva muerte, la familia de Pérez Volpin había cuestionado los procedimientos de Ghirlanda. El Consejo de la Magistratura tratará este jueves la renuncia de Ghiralda y su colega Carlos Bruniard quedará a cargo de la investigación, también en forma interina.
El cambio de juez en la causa coincide con la reunión de peritos de parte convocada el pasado martes por el Cuerpo Médico Forense, para firmar el informe histopatológico del cuerpo de Pérez Volpin, que tenía 50 años y había asumido en diciembre como legisladora porteña por Evolución, el partido de Martín Lousteau.
La familia de la exlegisladora y periodista cuestionó en reiteradas oportunidades el proceder de la Justicia en cuanto a los tiempos y las formas. "Sabemos el tiempo que lleva hacer la autopsia y el informe, pero hasta obtener esos resultados se podrían haber hecho muchas cosas más en la causa", denuncian.
"Se deberían haber tomado testimoniales de testigos presenciales, recabado pruebas en el lugar del hecho y otras medidas que no se hicieron. Lo único que se logró fue tomar cinco testimoniales y fue gracias a la fuerte insistencia", agregan.
El 6 de febrero, a las 17, Perez Volpin se realizaba una endoscopía en La Trinidad, pero a los pocos minutos se descompensó y pese al intento de reanimación de los médicos murió a las 18.15.
La causa quedó radicada en el Juzgado Criminal y Correccional número 57. El abogado de la familia de Pérez Volpin, Diego Pirota, señaló que todavía debían declarar 21 testigos, que no habían sido citados por Ghirlanda.