Nueve tradiciones que se suman a la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad
En un acto en la isla surcoreana de Jeju, el Comité Intergubernamental de la UNESCO anunció los nuevos elementos que se suman al patrimonio inmaterial provenientes de Arabia Saudí, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, Bolivia, Bosnia y Herzegovina, Cuba y Costa de Marfil.
Generalmente cuando se piensa en el Patrimonio de la Humanidad nos vienen a la mente maravillas arquitectónicas y naturales, sin embargo también existe un patrimonio inmaterial con tradiciones y costumbres que hacen a las diversas culturas de nuestro planeta únicas.
La lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad incorporó en el día de hoy nueve elementos nuevos:
Decoración mural tradicional de las mujeres de Asir
La ornamentación denominada al-Qatt al-Asiri es un arte tradicional de las mujeres de la región de Asir, en Arabia Saudita, que decoran las paredes de las viviendas y habitaciones para huéspedes.
Si bien en el pasado esta tradición era exclusiva de las mujeres, hoy se transformó en una verdadera forma de vida para muchos como diseñadores, arquitectos e interioristas.
La UNESCO considera que esta práctica contribuyó a la cohesión social y la solidaridad entre las mujeres de la comunidad a partir de su transmisión intergeneracional.
La danza ‘kochari’ de Armenia
Esta danza, que se practica en los días festivos, es transmitida por los miembros más ancianos de la comunidad armenia a los más jóvenes. Además, el “kochari” se aprende en los programas oficiales de enseñanza secundaria, en centros culturales, y se exhibe de manera habitual en medios de comunicación y en iniciativas institucionales.
Según la UNESCO, esta práctica cultural genera un sentimiento de identidad cultural, solidaridad y respeto recíproco.
La ‘dolma’, el manjar de Azerbaiyán
Este típico plato consiste en un picadillo a base de carne, cebolla, arroz, y especias que sirve para confeccionar bocaditos envueltos en una hoja vegetal –fresca o hervida– y para rellenar frutas o verduras.
La UNESCO destacó que compartir un plato de “dolma” significa en Azerbaiyán un símbolo de solidaridad, respeto y hospitalidad.
El tejido de esteras en Sylhet
El arte tradicional denominado shital pati, consistente en tejer a mano esteras con fibras de un junco denominado “murta”. Esta práctica, que se lleva a cabo principalmente en la región de Sylhet, Bangladesh, ha conseguido el reconocimiento de los habitantes de todas las demás regiones, que utilizan esas esteras como asientos, colchas de cama o alfombras de oración.
La UNESCO resalta el hecho de que este tipo de artesanía es “una fuente de ingresos vital para las familias que lo practican, estrecha los vínculos entre sus miembros y empodera a las comunidades”.
Recorridos rituales en La Paz, Bolivia
Se trata de los recorridos que tienen lugar en la ciudad de La Paz, en Bolivia, durante la Feria de la Alasita. Donde los participantes buscan y adquieren figuritas de la buena suerte vinculadas al culto de Ekeko, deidad aimara de la abundancia y protectora de la ciudad, que son consagradas por ritualistas andinos o bendecidas por sacerdotes católicos.
Las exposiciones en museos han contribuido a sensibilizar al público sobre la importancia de esta práctica cultural y la organización de concursos municipales fomenta la fabricación artesanal de figuritas.
La ebanistería de Konjic
El arte de trabajar la madera es típico de este municipio norteño de Bosnia y Herzegovina, donde los ebanistas esculpen a mano muebles, objetos decorativos y elegantes ornamentaciones con un aspecto visual que permite identificar su procedencia.
Los encargados de salvaguardar este arte, popularizarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones son los propietarios de los talleres familiares de ebanistería locales.
Prácticas culturales vinculadas al 1º de marzo
Las costumbres y tradicionales relacionadas con el primer día de marzo tienen como finalidad celebrar el comienzo de la primavera. La principal tradición consiste en confeccionar, ponerse o regalar un cordón trenzado con hilos rojos y blancos –denominado “martenitsa”, “martinka” o “mărţişor”, según los países–, un objeto que simboliza una transición feliz del invierno al clima más templado.
Esta tradición, que se practica en Bulgaria, ex República Yugoslava de Macedonia, República de Moldova y Rumania, también propicia la cohesión social, la interacción con la naturaleza, los intercambios entre las distintas generaciones y la creatividad.
El homenaje a la belleza de la mujer de Costa de Marfil
La música y la danza populares denominadas “zauli” conforman una práctica tradicional de las comunidades guro de la Costa de Marfil. Esta tradición rinde homenaje a la belleza de la mujer a partir de numerosas expresiones artísticas, desde la escultura (aplicada a las máscaras “blu” y “djela”), pasando por el arte de tejer, a la música vocal e instrumental y la danza.
Además de propiciar la cohesión de las comunidades, este nuevo elemento de la lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad contribuye a la protección del medio ambiente, según la UNESCO.
El punto de Cuba
Se trata de una expresión poética y musical de los guajiros cubanos que consiste en una tonada o melodía acompañada por la voz de una persona que canta composiciones poéticas en décimas, improvisadas o aprendidas. Según la UNESCO, el punto es una tradición que fomenta el diálogo entre las personas y la expresión de los sentimientos, conocimientos y los valores de quienes la practican.
La transmisión es por medio de la imitación, así como a través de un programa de enseñanza impartido en las Casas de Cultura de todo el país que comprende la organización de talleres animados por los depositarios y practicantes de este género musical.
Elementos en peligro de extinción
El Comité intergubernamental de este organismo internacional también incorporó seis elementos que requieren salvaguarda urgente: la música tradicional Dikopelo de Botswana, los cantos de trabajo de Los Llanos de Colombia y Venezuela, las prácticas mongolas tradicionales de veneración de sitios sagrados, la danza marcial “Taskiwin” del Alto Atlas occidental (Marruecos), el silbo turco y el recital de poesía tradicional “al-Azi” de Emiratos Árabes.
Vía La Vanguardia