Ana Catarina Becerra sufre de ansiedad e hipersexualidad, esto la llevó a conseguir el permiso legal de un juez de Brasil para poder masturbarse en la oficina sin ningún problema.


Son al menos 18, las veces que la mujer tiene que recurrir a la masturbación como un antídoto conductual para combatir su desequilibrio químico. En varias ocasiones ha llegado a hacerlo hasta 47 veces en menos de un día.


“Me ponía tan mal que en ocasiones me masturbaba hasta 47 veces al día, y fue ahí cuando decidí pedir ayuda. Sabía que mi caso no era normal”, señaló Ana, quien se dio cuenta que el masturbarse le ayudaba a sentir un momentáneo alivio ante su desbordado estrés.


Después de dar batalla, la mujer ganó el caso y ahora esta autorizada a masturbarse en horario de trabajo, e incluso puede hacerlo a través de sesiones de porno en su computadora de trabajo.