Luego de las denuncias que salieron a la luz, la Iglesia de Salta echó a un cura pedófilo
El Arzobispado de dicha provincia aplicó la sanción máxima que tiene la institución contra el sacerdote Emilio Raimundo Lamas por considerar ciertas las denuncias de sus víctimas.
A la Iglesia Católica de Salta no le quedó otra que echar al cura Emilio Raimundo Lamas tras una serie de denuncias judiciales en su contra por abuso de menores. Si bien un Tribunal Eclesiático investigó las acusaciones en secreto en 2016 y 2017, recién ahora la institución lo expulsó oficialmente después de que los casos salieran a la luz.
En un comunicado dirigido a la opinión pública, el Arzobispado de esa provincia pidió perdón a Dios "a las víctimas y a toda la sociedad por el escándalo y daño causado por un sacerdote de nuestra Arquidiócesis a menores confiados a su cuidado", reconoció como ciertas las acusaciones en su contra y anunció que le aplicará la sanción máxima que es la pérdida del estado clerical.
La denuncia que tomó estado público es la del exmonaguillo Juan Carlos García, quien asegura que a los 16 años el cura lo violó. Los hechos datan de 1992 cuando Lamas era párroco de la ciudad de Rosario de Lerma. "Viví cosas terribles, yo no quise herir la susceptibilidad de su religión, pero quiero que entiendan que esta verdad que hoy saco a la luz ha arruinado mi vida y yo no fui el único", lamentó González en una entrevista con el diario El Tribuno de Salta.
El juicio eclesiástico contra el cura abusador fue liderado por uno de los jefes de la Iglesia salteña, el presbítero Loyola Pinto y de Sancristóval (quien firma el comunicado emitido); se desarrolló en 2016 y 2017 bajo la figura de "secreto pontificio", lo que implica que las partes involucradas juran no revelar datos del proceso bajo la pena de caer en "pecado grave". En ese marco, el cura admitió los abusos de García y de otros chicos y pidió por motus propio renunciar a su cargo, según consta en grabaciones que la víctima reveló al portal Infobae.
La institución ocultó el caso, que salió a la luz cuando el exmonaguillo rompió el silencio, se animó a ir a la Justicia y a contar su historia a los medios. "Quiero que todos sepan quién fue el cura al que todos quisieron", manifestó.
Sus declaraciones y su denuncia penal terminaron obligando al Arzobispado de Salta a sacar el comunicado, en el que asegura que "quiere agradecer a todos los que se animaron a denunciar en sede judicial estos crímenes".