La verdadera carta que Resistiendo con Aguante le escribió al Papa
“Nos están provocando, quieren que nos volvamos violentos. Vamos a resistir esa provocación también, pero sin duda un mensaje de aliento para sostener esta Resistencia en Paz arrojará luz sobre muchos corazones confundidos, que agobiados ya, piensan que la única manera de resistir es poniendo el cuerpo”, dice un fragmento de la carta.
Tita Ayan, creadora del grupo ‘Resistiendo con Aguante’ compartió este viernes por la tarde la carta que enviaron hace unos días al Papa Francisco. “Sabemos que circula otra carta, pero no es la nuestra y no sabemos si realmente fue enviada ni por quien” dijo la cibermiliante, y agregó que la intención de este envío es “presentarnos y pedir su acompañamiento, contándole nuestra visión acerca de cómo vemos al país, sin considerar que él tenga la obligación de contestarnos”.
”Nuestra sociedad sufre y "Resiste con aguante", así se hace llamar este espacio colectivo, aglutinando ya a millones de personas diversas, no necesariamente encolumnadas detrás de un partido o de un líder, sino de un profundo sentir comunitario, la creación de este espacio fue espontáneo, y su dinámica lo es aún mas” explican los representantes de este espacio.
”Sabemos, como usted mismo lo ha sugerido, que una empresa no se preocupa por mirar más lejos abarcando lo social y por descubrir la felicidad comunitaria. Nuestro gran tesoro en esta vida no le importa a las empresas. A esos entes inanimados sólo les importan los números, y a nosotros nos ven tan solo como consumidores, y como empleados. No quieren que abramos el pecho con orgullo por nuestra siembra.Por ese simple motivo es que creemos que un Estado, bien o mal, debe estar compuesto por personas y no por empresas. Es otra cosa simple, básica” continúa la carta.
“Usted debe saber que escribiendo esas líneas sólo esperamos su abrazo! una palmada en el hombro para los millones de hermanos simples, comunes, que tan solo cuidamos lo importante para que no se dañe. Por favor, rece por nosotros! Por favor, hable por nosotros!” solicitan sus redactores.
”Somos inmensos faros de luz, cada uno de nosotros es importante en el conjunto, y nos debemos esa solidaridad: si un faro amenaza con apagarse, los de alrededor deben brillar más fuerte. Brille Santo Padre, Brille por nosotros” culmina la epístola.