La encuesta transcurría con normalidad, recogiendo diferentes testimonios, hasta que llegó una señora con las convicciones bastante firmes para decir que se oponía al aborto y dando su argumentación.

Pero cuando al cronista se le ocurrió decirle que en eso coincidía con Javier Milei, la señora lo negó enfáticamente. Sus convicciones por más fuertes que sean de ningún modo podría acercarla al hombre que está hambreando a su pueblo, tanto a los que lo votaron como los que no.

Y aunque no cambió su postura frente a la interrupción voluntaria del embarazo dejó en claro que: “A Milei no lo quiero”.