La ciudad cordobesa que votó a Macri y ahora puede volverse un pueblo fantasma
En el 2014, la pequeña localidad de Brinkmann festejaba el gran crecimiento, potenciado por la producción láctea, aunque desde este año son todas malas noticias con el reciente cierre de la planta de SanCor, que derivó en que cientos de familias quedaran desempleadas y que pone en peligro a toda la ciudad.
Por la pequeña ciudad cordobesa de Brinkmann, donde Mauricio Macri se impuso en las elecciones por más del 60 por ciento de los votos, es todo incertidumbre justamente por las medidas económicas del mandatario que ponen en jaque a la localidad, que puede convertirse en un pueblo fantasma.
En agosto de 2014, luego de años de crecimiento potenciado por la producción láctea, y una gran cantidad de tambos, el pueblo de Brinkmann celebraba en las calles haberse convertido en ciudad, mientras que en la actualidad, menos de tres años más tarde, cientos de familias se quedaron sin fuente laboral, por una situación que además ya impacta en decenas de otras actividades.
En este sentido, SanCor, junto con el frigorífico La Piamontesa, era una de las dos industrias principales del pueblo, pero desde febrero de este 2017 comenzaron a llagar malas noticias que se confirmaron recientemente y que ponen a la ciudad en jaque.
La gigante láctea anunció la semana pasada el cierre de cuatro de sus plantas en el país, entre las que se encuentra la de Brinkmann. La decisión es consecuencia de sufrir una caída del 29 por ciento de la producción láctea, la peor de los últimos 9 años, y un derrumbe del 58 por ciento de las exportaciones, como resultado de las políticas del Gobierno de Cambiemos.
"Vemos con honda preocupación esto porque con SanCor cierra parte de nuestra historia, porque Brinkmann creció con la planta de SanCor", admitió el intendente delasotista Gustavo Tévez, que venció a la UCR en 2011, y que logró su reelección en 2015.
Del mismo modo, Tévez explicó que la economía de la ciudad “se mueve en lo que es la agroindustria y la producción lechera”, y añadió: “Esta fue la segunda planta que puso en marcha SanCor, que nace de la unión de los productores de Brinkmann y Sunchales que luego de la crisis del año 30 gestaron esta unión de cooperativa de segundo grado".
"Hace rato que se viene hablando del posible cierre de la planta, y hemos pasado de tener una planta de 400 empleados a tener 133”, lamentó el intendente, que también aclaró que el cierre de la planta en Brinkmann afecta, además, a una cadena de trabajo en materia de transporte, comercios y otras empresas que eran proveedoras de SanCor.
Al respecto, el ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, apuntó a los altos salarios de los empleados de la planta como la causa principal de la crisis de SanCor, aunque Fernando Daniele, secretario adjunto de Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) lo desmintió.
"Podemos demostrar que nuestros salarios no inciden en más del 20 por ciento en el costo laboral; de hecho, entre junio y octubre tuvimos un aumento del 23 por ciento y habíamos acordado otro 13 por ciento en enero, pero el mismo Gobierno no lo homologó y creo que ninguna empresa lo está pagando", explicó Daniele.