La supuesta especialista en el cuidado de personas de edad avanzada, de nombre Susana y nacionalidad paraguaya, había sido contratada dos años atrás por el hijo de la anciana, Gustavo Russo.

El hombre detectó un cambio en la actitud de su madre de 88 años -Elvira Berardi- y decidió chequear los videos de la cámara de seguridad. "Me encontré con el espanto", aseguró ya que en las imágenes son evidentes los golpes, los sacudones e incluso la utilización de mordazas.

El incidente que provocó la reacción fue días atrás, cuando encontró a la anciana ensangrentada. Cuando pidieron explicaciones, la enfermera argumentó que había tenido convulsiones y se había lastimado el labio al morderse.

La acusada fue imputada por lesiones graves por la Fiscalía, que reclamó ante el juez, Mariano Porto, para que dicte la prisión preventiva de la agresora con el fin de evitar su fuga, ya que "es paraguaya y no tiene domicilio fijo en el país".

Russo explicó que "a esta señora, Susana, la contratamos para el cuidado de mi madre y la adoptamos como si fuera de la familia hace dos años" en su casa de Villa Maipú, en San Martín, al noroeste del conurbano.

"Mi mamá paulatinamente fue perdiendo movilidad y el habla, y el neurólogo que la atiende dijo que no puede creer como fue empeorando día a día", advirtió Russo y alertó que "la intención fue matarla", porque tendría como objetivo quedarse con terrenos y propiedades.

El hijo de la anciana reconoció que "está más tranquila desde que no la vio más, desde que no le escucha la voz, y me contó que la tenía amenazada, que le decía que 'si hablaba la mataba'".

Con las pruebas, la Justicia deberá comparar estudios médicos actuales de Elvira con tomografías de hace seis meses y así definir los daños que provocaron las agresiones físicas.

"La idea es que esto no le pase más a ningún abuelo. Que la Justicia evalúe los videos y la documentación que le dimos y le den los años que le tienen que dar", pidió.