Estela de Carlotto: "Ese plan macabro es exclusivo de la dictadura Argentina"
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, explicó que el robo de bebés en la dictadura fue "un plan macabro exclusivo" de la Argentina. Además expresó que tener "una presidenta como Cristina, que fue militante y que asumió el poder político para cumplir con los sueños de nuestros hijos desaparecidos demuestra lo que es el poder femenino”, expresó.
A pocas horas de cumplirse un nuevo aniversario del último golpe militar y de conmemorarse el Día de la Memoria, Tiempo Argentino publicó una entrevista a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, realizada en Francia en el marco de su visita a la muestra del Salón del Libro de París, en la que Argentina es invitado de honor.
Al respecto Carlotto explicó que fue en representación de las Abuelas invitada por el secretario de Cultura de la Nación Jorge Coscia. “ En forma paralela a esto se inauguró una exposición maravillosa, Tierra de Luz, que muestra de manera muy clara, y nada menos que en París, la lucha de las Madres y de las Abuelas, que es una lucha de dos generaciones, y, además, rescata la memoria de algunas personas increíbles por su actuación. Además, fui convocada para dar una disertación en la Embajada Argentina en París junto a otras compañeras que trabajan por los Derechos Humanos. Se trata de contar un poco la historia, poner en clima y dar fechas”.
En relación a sus primeras experiencias de lucha Carlotto recuerda que las madres salían a “hacer algo totalmente desconocido” porque cada una “tenía una vida, un hogar, un empleo, una vocación, una casa con hijos”. Acerca de sus hijos explica que “militaban para defender los derechos de la Argentina”.
“Los entendimos, y cuando nos tocó buscar lo hicimos solas con muchos miedos, con muchos riesgos y sin saber qué puertas golpear. El gran logro fue juntarnos, juntar manos que todavía están juntas. Las Abuelas ya llevamos más de 36 años de lucha. Éramos mujeres que no nos conocíamos, que somos distintas entre nosotros, pero que estamos unidas por este dolor”, relata.
Sobre el papel que ocuparon los medios de comunicación durante la dictadura la Abuela dice que fueron fundamentales para establecer un sentido común: “Hablaban de terroristas, de subversivos. Recuerdo una nota del diario Clarín que decía "Mataron a cinco subversivos" y los cinco subversivos eran tres niños con sus padres”.
Carlotto contó que en Francia hay una placita cuyo nombre es Madres y Abuelas de Plaza de Mayo: “Está en el barrio 15 y se inauguró por iniciativa de una querida amiga, Diana Quatrocci, que vive acá y que me llevó a conocer a la segunda del actual alcalde de París. Esta mujer, de origen español, quiso hacer una plaza con el nombre de Abuelas, pero yo dije que debía ser Madres y Abuelas”.
Acerca de la estrategia sistemática de robo de bebés, Estela de Carlotto explicó se trata de un "plan macabro exclusivo de la dictadura cívico-militar de la Argentina". Carlotto advierte que en otros países de América Latina donde hubo dictaduras como en El Salvador, los hijos quedaron huérfanos ya nacidos.
"Pero esos chicos están registrados. Lo nuestro, en cambio, fue todo clandestino. Saber que un hijo está muerto y no poder encontrar sus restos, no poder encontrar al hijo que tuvo en prisión, es una llaga abierta. El duelo no se cierra nunca y eso es propio de nuestro país”, manifiesta.
Desde París Estela habló además acerca del rol de las mujeres en la lucha y la defensa de los derechos humanos: "sin perder la ternura ni la feminidad, las mujeres somos implacables, no nos rendimos así nomás; somos más fuertes".
“Nunca imaginé que iba a desafiar a la dictadura en busca de una hija, primero, y luego de una hija y un nieto sin que me importara, porque lo que sentía era más fuerte que el temor. Las mujeres tenemos un enorme caudal que sale a la luz cuando nos provocan”, señala Estela.
“Tener en la Argentina una presidenta como Cristina, que fue militante a la par de nuestros hijos, que sufrió la dictadura y que, como Néstor, asumió el poder político del país para cumplir con los sueños de nuestros hijos desaparecidos, que es la justicia social, demuestra lo que es el poder femenino. Ella perdió a su marido y está sola. Quizás llore de noche, pero de día está donde tiene que estar y es decidida, segura y muy difícil de deprimir. No queremos ser mejores ni peores, sino iguales”, concluyó Carlotto.