El abrazo de Messi con Antonella al llegar al aeropuerto de Rosario
Tras el regreso al país y pasar por la concentración a retirar sus cosas los jugadores del seleccionado argentino fueron liberados y cada uno viajo a un destino distinto. El capitán se tomó un vuelo privado y viajó a su ciudad de origen.
Este domingo el país se levantó más contento. Aún aquellos alejados del fútbol sintieron la alegría que circulaba en las casas. El fútbol tiene esa capacidad emocional de conectar con alegrías colectivas y tristezas profundas, y el triunfo ante Brasil en el Maracaná tomó el efecto de celebración que se necesitaba sentir.
Ahora empiezan a contarse las historias de la epopeya. Los actores secundarios toman peso y los protagonistas se llevan las luces. Los románticos se enternecen, y el amor triunfa.