La escena -perfectamente retratada por las grabaciones de los celulares- es una pintura de la violencia callejera por nimiedades, un reflejo de una sociedad crispada a la que los discursos de los dirigentes del Gobierno no hacen más que azuzarla en una espiral que termina en casos como este.

Un policía retirado, de 74 años, les pidió a unos jóvenes que estaban en la esquina de su casa escuchando música en la mañana de la Navidad que bajaran el volumen. Lo que se podría haber arreglado con acceder, se convirtió en un pandemonium que terminó con un hombre muerto por un disparo.

El abogado penalista Francisco Onetto se había referido al tema en las redes sociales llamando “simios” a los integrantes del grupo que siguió de largo la Noche Buena y amaneció escuchando cumbia sin importarle el sueño de los vecinos.

Esto despertó el enojo de Roberto Funes Y Paulo Kablan, que terminó molesto con la producción del programa.