De película: una empresaria denunció que la querían declarar insana
Se trata de Corina Kobylanski, de 41 años, quien denunció que su ex marido y su ex psiquiatra buscaban declararla insana para quedarse con su patrimonio. Una empleada doméstica le confesó que la obligaban a ponerle tranquilizantes en gotas en una botella con agua personal que guardaba en la heladera.
Nota 'Minutouno':
Corina Maruja Kobylanski, de 41 años, vive desde hace unos años una verdadera pesadilla que involucra a su ex marido y su ex psiquiatra. La mujer, una pudiente empresaria, denunció que ambos quisieron hacerla pasar por loca para quedarse con sus bienes.
"Conocí a Fernando Kainer en Buenos Aires, hace varios años. Tuvimos un hijo y nos vinimos a Mendoza porque mi madre había comprado una finca en Lavalle para hacer un emprendimiento gastronómico-turístico que le pusimos Las Marujitas. En 2012 tuve mi segundo hijo con él. Allí las cosas comenzaron a andar mal", contó en declaraciones al diario Los Andes.
Fernando Kainer, quien se presenta como ingeniero civil, tuvo una empresa de construcción, Kainer Construcciones. En 2011 fue detenido por la Policía Federal en Mendoza y llevado a Comodoro Py por una causa de sobreprecios vinculados con su constructora.
Su mujer dice que entonces se enteró del pasado de su pareja, "pero seguí adelante luego de viajar a Buenos Aires y pagarle algunos abogados para que quedara libre. Para entonces, ya teníamos problemas por celos de parte de él".
"En un momento de mi tratamiento, el psiquiatra Reboredo, del cual me hice amigo y hasta invitaba a mis fiestas de cumpleaños, comenzó a suministrarme los siguientes remedios: Zyprexsa, Rohypnol, Diocam, Lamictal, Zotoloft y Valcoto, entre otros. En junio de 2014, después de una crisis grande y por consejo de mi psiquiatra, me casé con Fernando Kainer", agregó la mujer.
Además, contó que su marido "había comenzado a correr la bola" de que ella "estaba mal de la cabeza" y comenzó a sugerir la idea de internarla en un psiquiátrico. "Todo a mis espaldas", señaló.
Su empleada, Blanca Bazán, le confesó que Kainer le había dado órdenes de que le colocara "gotitas tranquilizadoras" en la botella de agua que Corina guardaba siempre en la heladera.
Enterada de todo, la mujer dejó de tomar los medicamentos y comenzó a sentirse mejor. E hizo la denuncia en la Unidad Fiscal 1 de Ciudad, "con la idea de que investigaran si en verdad me estaban medicando para que cada vez estuviera peor".
La empresaria llevó la denuncia hasta la Corte Suprema de Justicia y ahora el caso es investigado por la Fiscalía de Violencia de Género de Mendoza.