En comunicación telefónica con el periodista Clemente Cancela, Miguel Savage relató crudamente como fue su experiencia en la guerra de Malvinas al ser un colimba de solo 19 años que tenía un día de práctica de tiro y sin embargo terminó enfrentando a los ingleses dentro de un pozo de agua helada.

El excombatiente contó como tuvo que estar "durante dos meses en un pozo de agua congelada, en condiciones infrahumanas, perdiendo 20 kilos de peso corporal, conviviendo con los tres enemigos que tuvimos que fueron: el clima, los ingleses y nuestros propios jefes".

Cuando Savage volvió de la guerra decidió callar, guardar sus recuerdos horrorosos de la batalla en el cajón de su memoria hasta que la crisis del 2001 hizo que sus problemas financieros le trajeran todo el horror experimentado en una vívida pesadilla.

Después de haber formado una familia, y de tener su propio negocio con la crisis del 2001 se vio en una situación económica crítica y el estrés "le gatilló la pesadilla de su combate".

Savage narró como soñaba que "estaba dentro de un pozo, que era para tres pero había siete personas, esqueletos abrazados, acalambrados por el frío",  siguió su relato detallando sobre cómo podía sentir que todo temblaba por los morteros ingleses. Y ahí, es cuando la realidad se mezcla con el mundo onírico, ya que Savage soñaba que sonaba su celular y lo llamaban desde el banco para decirle que le iban a cerrar la cuenta por tener demasiados cheques librados.

Para el excombatiente fue "un día bisagra",  "Todo lo que había tapado volvió como una catarata".

Cuando le preguntaron a Savage sobre la situación de los sobrevivientes de Malvinas señaló que "tienen un mejor lugar que antes del 2003. A partir de Néstor Kirchner hay una resignificación de nuestras historias, no sólo en las pensiones, en lo económico, sino también en el apoyo del relato histórico de una sociedad que está empezando a ver con distintos ojos, las generaciones nuevas".