Cómo es el submarino desaparecido y cómo fue su "reparación de media vida"
Un fuerte operativo se lleva a cabo desde este jueves para dar con el San Juan, que fue detectado por última vez en la zona de Puerto Madryn. En esta nota, algunos datos del buque que fue construido en Alemania en 1983, y reparado entre 2008 y 2014.
El jueves por la noche comenzó un fuerte operativo de rescate del submarino ARA San Juan que permanece desaparecido desde el miércoles, cuando fue detectado por última vez en la zona de Puerto Madryn.
El buque de 1700 toneladas fue construido en Alemania en 1983, y fue reparado de media vida entre el 2008 y el 2014, cuando se decidió formar el Complejo Industrial Naval Argentino, recuperando el personal y la capacidad técnica para realizar este tipo de tareas que en los 90 se hacían fuera del país.
El San Juan tiene 66 metros de eslora (largo), desarrolla una velocidad de 25 nudos en inmersión y está configurado como submarino de ataque. Actualmente, junto a otros componentes de la Armada, realiza tareas de patrullaje marítimo en defensa del patrimonio marítimo nacional, en especial el control de la pesca ilegal.
Este tipo de máquinas, que cuestan hasta 500 millones dólares, suelen tener una vida de hasta treinta años, y por eso cerca de este plazo, reciben un tratamiento de reconstrucción que se lo conoce como “reparación de media vida” y que le da otros treinta años de servicio.
De acuerdo con una crónica publicada por Página 12, lo primero que le hicieron al San Juan en su “reparación de media vida” fue sacarlo del agua en un ascensor sumergible, y montado en un montacargas, fue llevado a la nave cubierta del Storni, de 206 metros de largo y 35 de altura. Allí lo cortaron en dos, ya que este tipo de buques tienen solo dos escotillas de cubierta, que miden 80 centímetros de diámetro y que resultan imposibles para la realización del trabajo.
Apenas abierto y por lo tanto accesible, el submarino fue prácticamente desarmado. Se sacaron los motores diesel, el motor eléctrico, las baterías, 9000 de los 11000 metros de cañerías, 37.000 metros de cableado y las 1295 válvulas.
También se repararon y limpiaron la colección de tanques –de lastre, de aire, de agua potable– que tiene la nave, se repasó toda la electrónica de a bordo y se replacaron las 960 baterías enormes que impulsan el motor principal.
En noviembre de 2011 se cerró el casco con 32 pasadas de soldadura, todo supervisado por especialistas del INTI, lo que tomó un mes con equipos que se alternaban en turnos de dos horas. Luego se empezó a trabajar en los planos de navegación, los ejes, la hélice, la circulación, los tubos lanzatorperdos e infinitos detalles de terminación.
Para mayo de 2013 se embarcaban las baterías, se probaba todo en seco y se ajustaban los detalles, y al verano siguiente, el ARA San Juan volvió al agua en la cala del astillero para las últimas pruebas. Ya en junio de 2014, zarpó hacia la base naval de Mar del Plata.