El texto introductorio del informe emitido por el programa "Diario de Mariana" describe una situación de caos, violencia e inseguridad, acusando a un "estado ausente" de esta ola de "linchamientos". Con un tono tétrico, el locutor asusta a la sociedad: habla de una "jauría desenfrenada sedienta de sangre".

Pero, una vez más, su mentira se queda sin patas, pues ni siquiera son cortas. El invitado que llevaron al piso para justificar semejante operación, les pintó la cara, blanco sobre negro. "El agente provocador se infiltra en un movimiento de masas y tira una piedra", clarificó el Licenciado en Seguridad, Luis Vicat, por si a alguien le quedaban dudas.

No obstante, este opinólogo -que sería una palabra autorizada, por lo menos para Clarín- afrontó una causa por presunto espionaje a jueces, ex funcionarios, políticos y agrupaciones de derechos humanos, en 2013. Vicat es un excomisario de la Policía bonaerense, que estuvo a cargo de la investigación por el ataque a la sede de la AMIA. El año pasado resultó absuelto en el juicio que lo tuvo acusado de "defraudación y malversación de caudales públicos".

El otro eje por el cual sustentan la generación de violencia es la "ausencia del estado", otro latiguillo repetido infinitas veces. Pero, esta pata también es demasiado frágil: las mismos testigos en los casos de agresión, explicaron que los hechos no fueron a causa de ausencia policial, sino que corroboraron que la policía está muy presente.

Nuevamente asistimos a un auténtico plan desarrollado en contra de la inclusión, y a favor de la división, del odio, del señalamiento a determinados sectores sociales, así como de la discriminación.