Nota LOS ANDES: 

una empleada doméstica de 33 años denunció que estuvo detenida por siete horas en la seccional 36 de Las Heras. "Me acusaban de no pagar el pasaje, pero sí lo había pagado", asegura Patricia Stibel.

Su periplo comenzó el miércoles 16, a las ocho y media, cuando se tomó el 67 en Las Heras para ir a su trabajo. 

"Tenía 10 pesos pero no tenía carga en la tarjeta. El chofer me dijo que le pidiera a algún pasajero. Eso hice y un chico del pasaje me la prestó". 

En el cruce de las calles Independencia y Beltrán la policía hacía uno de sus operativos y detuvo el colectivo. 

"Le dije a una oficial que no tenía tarjeta pero que un chico me la había prestado y que yo le había pagado. El chico les dijo lo mismo a otros dos policías pero me informaron de mal modo que eso no servía y que tenía que ir a la seccional", precisó.

La mujer fue bajada del 67 y de allí enviada a los calabozos de la seccional 36 de Las Heras donde le pintaron los dedos, le hicieron sacar los cordones de las zapatillas, "todo en malos términos", dice.

"En la seccional nos dijeron que estaríamos unos minutos por "averiguación de antecedentes" pero nos mandaron a una especie de jaula donde estábamos como 15, entre hombres y mujeres. Mi temor, aparte de ser hipertensa, era que mi patrón me estaba esperando para que trabajara; es un hombre anciano que depende mucho de mí".

Nada

Las horas pasaban y la causa por "averiguación de antecedentes" de Stibel no avanzaba; tal vez porque la mujer no tiene antecedentes de ningún tipo.

"Cuando llevaba cuatro horas pudo venir un familiar para traerme las pastillas de la presión, pero también tuvo problemas porque le pidieron el certificado de que yo era hipertensa".

De acuerdo con su relato, entrado el mediodía, "no se podía más estar en esa jaula por el olor a orina que había". Entonces Patricia Stibel se ofreció a hacer lo que sabe: asear el lugar. 

"Le pedí a una mujer que me diera un balde con lavandina y un trapo para limpiar la jaula. Era una situación muy curiosa; los que estaban detenidos conmigo se reían y los policías que fumaban afuera de la jaula también. Pero al menos la celda dejó de tener ese olor tan asqueroso", relató.

Recién a las 15.30, después de siete horas encerrada en un calabozo por un hecho que no cometió, Patricia fue liberada: “Y pude volver a mi casa, bañarme y estar con mi familia, que estaba preocupada”.

En la seccional 36 de Las Heras le entregaron su papel de libertad que hacía referencia a que su detención tiene que ver con el artículo 111 de la Justicia de Faltas de Mendoza: "Aprovechamiento malicioso del crédito" y que coloquialmente tiene que ver con "irse sin pagar".

"Todo bien con el artículo 111", dice Patricia. "Que metan presos a los que no pagan, pero yo pagué y estuve siete horas hacinada en una jaula".