"Me voy a sentir realizada cuando vea una modelo gorda en una publicidad en la 9 de Julio”
Samanta Alonso es modelo de talla grande –plus size- y activista del orgullo gordo. Se acomoda frente al grabador y le cuenta a Diario Registrado la lucha que lleva junto a Any Body Argentina para que se reglamente una ley NACIONAL de talles, ya que la que hay en distintas jurisdicciones no se cumple.
“Cuando salga una publicidad con una mujer gorda nos vamos a sentir realizadas”, dice mirando al cielo como buscando ese deseo, esas ganas, Samanta Alonso, de 28 años, modelo de talles grandes y activista del orgullo gordo. También es estudiante de trabajo social.
Hace cinco años que es modelo de talles grandes y desde octubre del 2017 lleva adelante un nuevo desafío y es la creación de una agencia de modelos donde incorporaron varones. “Varones y mujeres, todos y todas, somos un total de 17 modelos entre la talla 42 a 64. Queremos abarcar lo que significa ‘talla grande’, porque para alguien de talle 42 no es gordo, pero para la moda sí”, remarca Samanta que se encuentra de siete meses de embarazo.
Entre el café, la Ciudad de Buenos Aires se muestra como una city llena de publicidades de mujeres esbeltas, altas, bellas para el estándar de lo que una sociedad consumista quiere y requiere pero Samanta Alonso junto a la ONG Any Body presentaron en 2017 junto a la diputada nacional Victoria Donda, una ley nacional de talles para que regule en todo el país y no solo por región, ya que de esa manera, es imposible que se cumpla. Y de hecho, no se cumple.
Desde el 2010 Anybody lucha por el cumplimiento de la ley de talles, y han trabajado en conjunto con el INADI y la Cámara de Indumentaria este proyecto de Ley presentado por Donda. “El INTI está realizando el estudio antropométrico en todo el país para ver cuanto mide un hombre/mujer promedio en Argentina y lo que proponemos nosotros –desde Any Body- es que deberíamos tener una tabla de talles y de ahí cuatro talles para arriba y cuatro talles para abajo para que sea más diverso”
“El tema de la ley de talles que al no ser nacional, si vos tenes una marca que comercializa a nivel país y tenes una ley provincial y en otra provincia no la tenes, el fabricante no te va a cumplir ni por casualidad en una sí y en otra no”, explica Samanta que forma parte de la ONG Anybody Argentina que lucha “contra los cuerpos en peligro de extinción y contra el odio corporal”.
En 2015, el INTI creó el primer estudio Antropométrico Nacional en Argentina hecho para la ley de talles N° 8579 que se sancionó en Mendoza, que mediante un escáner corporal 3D se logre llegar a la medida corporal de los argentinos.
Hay un hecho real y es que las industrias de la indumentaria no cumplen con la ley, porque alegan que no genera ganancias hacer talles para todos y solo está implementada por gobiernos provinciales y municipales, por lo que la ley cambia según la región, dificultando su unificación tanto para los consumidores, como para las marcas de ropa. Por ello se pide una legislación nacional, además de exigir el estudio antropométrico y que todas las marcas tengan las mismas medidas de tallas.
“Las personas gordas conseguimos ropa pero es horrible, desde Anybody comparto que no podemos salir desnudos por una cuestión lógica y vestirnos es una identidad y la identidad es un derecho humano. Creemos que la gente gorda, como yo, la sufre pero también para las chicas que son ultra delgadas que no tienen que ir a una tienda de niños. Lo mismo con la industria del calzado, no hay calzado de 36 para abajo o de 40 para arriba. No es solo para promover la obesidad sino que sea inclusivo”, remarca Samanta sobre su militancia, que no es solo por su cuerpo, sino que es también por el derecho a la mujer de poder elegir libremente.
Pero no todo es color de rosas para Samanta, quien a través de su activismo por las redes sociales, decidió relatar un hecho que desnuda la industria de la violencia estética hacia la mujer. “Actualmente estoy sorprendida. Soy fan de emprendedores y súper fan de quienes trabajan para todos y todas, pero se me ocurrió ir a un shopping a último momento y no solo no conseguí nada, sino que solo recibí el maltrato de la vendedora y las risas de siempre”, cuenta Samanta sobre un hecho que luego terminó siendo más violento.
“Estoy embarazada de 7 meses, y no se nota mucho por lo que la gente se te ríe mas, ni siquiera consigo en casa de embarazada. La ropa para embarazada esta pensada también para una chica flaca. No era angustia, era bronca, era llegar a mi casa y decir ¿‘entienden porqué es importante la ley?’”, se indigna.
Luego de regresar con las manos vacías del shopping, Samanta le relató a su pareja lo que había sucedido, y decidió “a modo de juego” hacerse un vestido “súper fashion con una bolsa”. Se maquilló, se puso accesorios y lo subió a las redes “para ridiculizar y divertirme, de paso mostrar una realidad”.
La modelo recibió todo tipo de agravios hacia su persona donde llegaron a desearle que se muera en la bolsa de basura que había utilizado para vestirse y dar un mensaje, incluso, relata con la voz entre cortada, “hicieron alusiones al femicidio de Ángeles Rawson”, el caso de la joven que fue asesinada por Jorge Mangeri y encontraron su cuerpo en el Ceamse luego de haber sufrido un intento de violación en 2013.
Para Samanta esos comentarios no le “generan nada” pero se dio cuenta que “en tan poco tiempo le pueden arruinar la vida a otra persona, a alguien que quiera subir un mensaje de ‘body positive’ y viene un tarado a desearte la muerte. ‘Sos una basura y la basura va a al tacho’”, recordando algunos de los miles de mensajes que llegaron a dejarle, criticando su militancia por la ley nacional de talles.
"La ley de talles es para todos y no de promoción a la obesidad. Lo más sencillo sería ‘dejar de comer’, siempre te dicen eso, es el disciplinamiento puro. Hay una realidad y es que el famoso 90-60-90 entra solo el 5% de las mujeres del mundo”, dice Samanta en relación a las medidas de pecho, cadera y cintura que marca el lobby del mercado.
La ley nacional de talles es para acabar con la discriminación hacia la mujer y el hombre en su derecho a decidir, es su manera de mostrarse al mundo y su carta de presentación. No es apología de la obesidad, es empezar a reconocer nuestros cuerpos como son, sanos.
Sami es activista del orgullo gordo porque “es una posición política”. Ella remarca que es sana y que sus estudios médicos le dieron bien, pero en una sociedad como en la que vivimos hoy hay un “índice de masa corporal que te dice qué es sano y qué no, que si no tenes una masa corporal de 25 no sos sano, y por descarte no estás sana”.
Por último, Samanta explica que desde su agencia de moda no va a parar hasta que no haya una modelo gorda en ropa interior en una marquesina en la Avenida 9 de Julio. Que así sea, pero en todas las avenidas.