"Concurso nacional de dibujo y pintura menstrual", promueve la organización "Alternativas ecológicas" y explota la polémica. Es necesario que se entienda bien dicha propuesta, la idea es pintar con la propia sangre que le sucede cada mes a las mujeres en edad de reproducción sobre una hoja blanca. Sí. Con la propia sangre de la menstruación.

Está claro que en el 2014 y con los avances de derechos de las mujeres, eso "que sucede una vez al mes", ya tiene nombre público y hay movidas de organizaciones feministas para que se tome con naturalidad algo que, valga la redundancia, es completamente natural.

¿Pero qué pasa cuando hay límites que se cruzan y el significado que no precisa ser literal termina siéndolo? Un concurso en donde te invitan a pintar con la sangre que sale de tu cuerpo. Al estudiar los diseños y los dibujos conseguidos con esta peculiar técnica, se puede garantizar que lo que se busca no es arte ya que la única condición para participar es tener ganas de romper algunos esquemas. ¿Saber pintar? ¿Para qué?

La escritora y referente del feminismo, Simone de Beauvoir , dedicó gran parte de su libro, ‘El segundo sexo’, al tema que hoy es nota: la menstruación. En dicha obra la francesa da una lista de creencias sobre la llegada de "la regla" en las diferentes culturas. Entre ellas, la autora marca que hasta no hace mucho tiempo, estar "indispuesta" paralizaba las actividades sociales y según algunas creencias marchitaba las flores, hacía caer las frutas, arruinaba las cosechas y devastaba los jardines, mataba a las abejas, avinagraba el vino, cortaba la leche, la crema y la mayonesa, corrompía la carne, debilitaba al hombre, daba satisfacción sexual y poseía poderes maléficos.

En esta cultura occidental todos esos mitos quedaron atrás, pero no así la costumbre o el shock de algunas mujeres al enterarse de que ya "son señoritas". Muchas, dicho evento aún lo viven con vergüenza cuando, en realidad, es un comienzo, un cambio y la llegada de uno de los estadios más importantes para la vida: la procreación.

La idea de naturalizar algo per se natural es bienvenida, pero tal vez al ser novedoso los límites, si es que los hay, están borrosos y los dibujos con sangre diluida, también.