"Es difícil asimilarlo, al principio me sentía ajeno a lo que me contaban"
El diputado nacional por el Frente para la Victoria y nieto restituido número 77, se refirió a la aparición de Ignacio Hurban, o Guido Montoya Carlotto, y contó cómo fue asimilar su verdadera identidad.
"Es muy difícil asimilarlo. Al principio, me sentí ajeno a lo que me contaban, pero después fui reestructurando mi cabeza. Una vez que lo asimilé, empecé a emparentarme con mis papás. Con el tiempo, los fui amando. Eso me llevó a saber que no nací de nuevo, a darme cuenta de que no era Juan Cabandié a partir del 26 de enero de 2004. Yo fui Juan Cabandié siempre, con la particularidad de que viví 25 años sin saberlo", relató el sábado Juan Cabandié .
"Es fundamental conocer a la familia. En el primer encuentro, un tío me dijo que tenía el mismo gesto de juntar las cejas como hacía mi papá. A veces parece que estoy enojado, pero es algo que hago cuando pienso, es un gesto que me pertenece", recordó el diputado de La Cámpora.
Acerca de la restitución del nieto de Estela de Carlotto sostuvo: "Guido es músico como su papá. Es sensible a la lucha de las Abuelas. Es algo genético y algo del inconsciente. Es el diálogo que se produce entre una madre y su bebe en la panza. Guido estuvo cinco horas con su mamá. Cinco horas profundas".
En el marco del momento hsitórico, Cabandié subrayó la importancia de la política de derechos humanos desarrollada por el gobierno de Néstor Kirchner, y luego Cristina Fernández de Kirchner, durante la última década: "Influye muchísimo. Es una batalla cultural ganada. Desde 2003 la política de derechos humanos pasó a la categoría de política de Estado. Hubo fuertes campañas de difusión y el Estado acompañó la búsqueda de las Abuelas. Antes, esa lucha era algo marginal. Yo mismo, por mi crianza, hasta los 22 años pensaba que las Abuelas estaban locas, que perseguían a los pibes. Y eso no sólo lo pensaban los sectores radicalizados".
"La oposición no garantiza la continuidad de la política de derechos humanos. Macri y Massa dicen que no hay que mirar al pasado. ¿Haber encontrado a Guido es parte del pasado? ¿Hay que dejar de investigar? ¿Y los 400 nietos que faltan?", concluyó.