Se podría decir que Sullivan es un perro “famoso” ya que tiene miles de seguidores en las redes sociales.

Javier Milei quiso aprovechar la fama del cuadrúpedo y le envió un regalo que la familia del perro mostró en redes sociales y ese era el único objetivo del presidente.

Lo extraño es que se supone que Milei es un amante de los perros pero en lugar de mandarle algo con lo que el animal pudiera jugar o algo que fuera útil para sus dueños, le envió un busto del propio Milei. Una pieza que el perro no sólo no puede morder sino que ni siquiera puede acercarse ya que corre peligro de romperse lo que habla pura y exclusivamente del narcisismo del mandatario.