La bandada encaró la avenida desde el lago que bordea el Planetario y forzó a los automovilistas a detener su auto en medio de la avenida. Con el monumento a Urquiza de fondo, el paso acompasado de los gansos  va al ritmo de las balizas y se escucha la risa cómplice del conductor, que se encontró con otro acontecimiento atípico generado por la brusca reducción del trásito porteño.