Versos para
la heterodoxia
Por Orlando Barone
Somos heterodoxos
como el arte y la naturaleza,
como las almas en el cielo
y en el infierno. Y como
las patas en
la fuente, el choripán y
carta abierta de los intelectuales.
Inventamos nuestro espacio
geométrico con más
líneas que Euclides
y vamos creando la política
mientras los ortodoxos
ya saben el final y la cierran.
Y se quedan clavados
en los mismos
movimientos antiguos
y anacrónicos.
No busquen sellos, estereotipos
y moldes inmóviles,
porque somos una sorpresa
ubicua y cuando nos buscan
y creen encontrarnos
en el lugar esperado,
justo en ese instante
ya nos fuimos a otro lugar
de la heterodoxia.
Nos fuimos de la YPF española
a otra YPF amalgamada
de petróleo argentino
no xenófobo. Vamos y venimos
según el camino
no tenga trampas para sonsos.
Por más que nos sospechen
ideologías con X o con K
“ chavistas” o “soviéticas”
y hagan comparaciones
con historias pasadas, o muertas,
no van a comprender.
La ortodoxia se ciega
a los movimientos
de la desobediencia
heterodoxa
y su lente fija y obvia
los rechaza por blasfemos
y herejes.
Nuestro andar popular la desorienta.
Y cuanto más se fuerza
a incluirnos en su lógica,
se encuentra con la ilógica
del jaque por sorpresa.
Y cuando los ortodoxos
nos piensan perdidos
en una flagrante contradicción
se frustran, porque
los contradecimos flagrantemente
reencontrados
con la coherencia heterodoxa.
Todavía faltan días
y noches intensas
de inspiración
y de definiciones.
Pero desde el ya nítido bosquejo
que trazamos
se puede prever e imaginar
la heterodoxa obra completa.

Somos heterodoxos

como el arte y la naturaleza,

como las almas en el cielo

y en el infierno. Y como

las patas en

la fuente, el choripán y

carta abierta de los intelectuales.

Inventamos nuestro espacio

geométrico con más

líneas que Euclides

y vamos creando la política

mientras los ortodoxos

ya saben el final y la cierran.

Y se quedan clavados

en los mismos

movimientos antiguos

y anacrónicos.

No busquen sellos, estereotipos

y moldes inmóviles,

porque somos una sorpresa

ubicua y cuando nos buscan

y creen encontrarnos

en el lugar esperado,

justo en ese instante

ya nos fuimos a otro lugar

de la heterodoxia.

Nos fuimos de la YPF española

a otra YPF amalgamada

de petróleo argentino

no xenófobo. Vamos y venimos

según el camino

no tenga trampas para sonsos.

Por más que nos sospechen

ideologías con X o con K

“ chavistas” o “soviéticas”

y hagan comparaciones

con historias pasadas, o muertas,

no van a comprender.

La ortodoxia se ciega

a los movimientos

de la desobediencia

heterodoxa

y su lente fija y obvia

los rechaza por blasfemos

y herejes.

Nuestro andar popular la desorienta.

Y cuanto más se fuerza

a incluirnos en su lógica,

se encuentra con la ilógica

del jaque por sorpresa.

Y cuando los ortodoxos

nos piensan perdidos

en una flagrante contradicción

se frustran, porque

los contradecimos flagrantemente

reencontrados

con la coherencia heterodoxa.

Todavía faltan días

y noches intensas

de inspiración

y de definiciones.

Pero desde el ya nítido bosquejo

que trazamos

se puede prever e imaginar

la heterodoxa obra completa.