Subte: los coches usados para la línea B no caben en el túnel
Las unidades que compró SBASE rozan con el techo. Por la incompatibilidad, deprimirían la solera y rebajarían la vía, lo que obligará a un cierre de la línea.
Las formaciones usadas que se incorporarán a la Línea B del Subte generan más problemas que soluciones a los usuarios del servicio.
Las cuestionables decisiones que tomó SBASE respecto a la incorporación de unidades usadas dará como resultado el cierre total de la línea para poder adaptar las vías y las estaciones al sistema.
En una descripción detallada, el portal Enelsubte.com explicó que los coches usados que se compraron "no sólo son más angostos que las dimensiones de la línea B, no sólo tienen un sistema de alimentación distinto al existente, sino que los coches CAF 6000 no podrán circular por la línea B en las condiciones actuales debido a razones de altura. Estos son sustancialmente más altos que el actual material rodante en circulación: miden 3,88 metros de alto, unos 38 centímetros más que los Mitsubishi y 33 cm más que los CAF 5000".
SBASE indicó que se estudia deprimir las secciones de menor altura del túnel, rebajando la vía, lo que implicaría reconstruir la solera en hormigón y rebajar los andenes para adaptarlos a la nueva altura de vía. Estas obras implicarían el cierre de la línea por tiempo prolongado, además de elevar todavía más el costo de incorporar los CAF 6000.
El tramo más antiguo de la línea, Federico Lacroze-Medrano, que fue construido a cielo abierto, es el más comprometido. En particular, el túnel alcanza su menor alto en el sector entre las estaciones Dorrego y Malabia, donde la obra debió sortear el obstáculo del Maldonado. Incluso sectores de reciente construcción no resultan holgados: el tramo entre Federico Lacroze y Tronador fue construido con una altura total de 4,40 m debido a que en ningún momento se previó la instalación de alimentación aérea.
La empresa SBASE, concesionaria del Subte que pertenece a la Ciudad, realizó una compra de material rodante por la friolera suma de 360 millones de pesos por 73 coches. Además de una suma desconocida por otros trece adicionales y licitar obras complementarias y transporte de las unidades por otros 120 millones de pesos, a los que hay que sumar los aún inestimados costos de esta nueva obra.
Por último, el sitio Enelsubte.com se pregunta si "¿vale la pena reducir el servicio para reemplazar su alimentación eléctrica de probada fidelidad, cerrar la línea para deprimir la vía, reconstruir la solera, agrandar los andenes, angostar el gálibo, readaptar a todos los viejos coches que queden en circulación y quebrar para siempre su vinculación con el Ferrocarril Urquiza por tan solo catorce trenes, que ni siquiera producirán un aumento de la frecuencia ni permitirán que los pasajeros viajen mejor? ¿Vale la pena cuando el resultado es convertir a la línea B en un engendro operativo apenas a la medida de los coches de Madrid? ¿Vale la pena semejante costo en obras para tener como resultado trenes usados e insuficientes en lugar de adquirir, por menos costo, trenes nuevos y a medida?"