El ministro de Defensa, Agustín Rossi, negó este jueves que "haya contradicción" en la política de derechos humanos del Gobierno luego de la aprobación en el Senado del ascenso a teniente general del jefe del Ejército de César Milani.

Rossi aseguró que las acusaciones contra el militar "no tenían ninguna comprobación", y desacreditó la denuncia del jefe del bloque radical en el Senado, Gerardo Morales, quien alertó que "el Ejército espía" a políticos opositores y desde que Milani está al frente de esa institución castrense, "involucraron a las Fuerzas Armadas en inteligencia interna".

En declaraciones a CN23, el ministro acusó: "Esas declaraciones del senador Morales tienen más que ver con el debate político. Morales nos tiene acostumbrado a descalificar e insultar sin ningún tipo de prueba y capacidad argumentativa".

Milani, cuestionado por su presunta participación en delitos vinculados a los derechos humanos durante la última dictadura militar, logró ayer el ascenso a teniente general, la máxima jerarquía en el Ejército, con la aprobación de 39 votos del kirchnerismo en la Cámara de Senadores, contra 30 negativos de la oposición.

"Las objeciones sobre el ascenso del general Milani no tenían ninguna comprobación. Milani se presentó voluntariamente y en una decisión que nosotros compartimos, se presentó en la justicia de Tucumán y de La Rioja para ponerse absolutamente a disposición", dijo Rossi.

"Nosotros nunca hemos avalado un tratamiento de ascenso que estuviese involucrado con situaciones de procesamiento de parte judicial", advirtió el titular de Defensa, y resumió que "esta situación no se da en el caso de Milani".

Cuando le preguntaron si le daba identidad a la denuncia del legislador radical, Rossi contestó: "Absolutamente ninguna".

Milani fue acusado por algunas entidades de derechos humanos por su presunta actuación en delitos de lesa humanidad cuando estuvo destinado en Tucumán y La Rioja en la década del '70. En reiteradas veces enfatizó que apoya el "proyecto nacional" impulsado por la presidenta Cristina Fernández, y quizás ese haya sido peor para quienes lo cuestionan, que su presunta participación en la dictadura.