Repudio generalizado al violento ataque de De Narváez a un periodista
Luego de que se conociera el ataque que sufrió el director de la Agencia Nova, Mario Casalongue, por parte del precandidato a gobernador por el Frente Renovador, las críticas a la actitud se convirtieron en un común denominador
“Cometí un error. No debí reaccionar como reaccioné. Siento vergüenza, me arrepiento y pido disculpas”, escribió De Narváez en su cuenta de Twitter. Aunque el error le costó caro.
Referentes políticos y agrupaciones sindicales lo repudiaron y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) emitió un comunicado en la misma línea.
La diputada kirchnerista Mara Brawer aseguró que De Narváez "debe dar un paso al costado porque un dirigente que planificó una golpiza" contra un periodista "no es una persona confiable", y "no puede controlar sus desbordes".
Brawer dijo que la actitud de De Narváez "no fue un exabrupto" porque "planificó su ataque" ya que "fue hasta su oficina solo para resolver su conflicto a los golpes".
Casalongue denunció en un video que De Narváez, precandidato a la gobernación de Buenos Aires por el Frente Renovador, lo golpeó brutalmente ayer jueves en la redacción de la agencia.
La nota que publicó la agencia Nova, y que luego borró de su portal, hacía referencia a cuestiones intimas del matrimonio De Narvaéz y carecía de rigor periodístico.
Por otro lado, la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata, Florencia Saintout, se expresó de manera contundente a través de Twitter: "Nova es una agencia impresentable y mercenaria. De Narváez un antidemocrático y patotero".
El secretario de Derechos Humanos bonaerense, Guido Carlotto, manifestó en un comunicado que "es inaceptable” la agresión que sufrió Mario Casalongue y repudió “la situación con la fuerza política e institucional” que le otorga el cargo que ocupa.
En la misma línea se expresó el dirigente del GEN y representante de la oposición en la AFSCA, Gerardo Milman, quien advirtió que "la justicia por mano propia es de caníbales y no de caballeros".
Además, el Sindicato de Prensa Bonaerense condenó “el agresivo comportamiento” de De Narváez y se solidarizó con los trabajadores de prensa de la agencia Nova de La Plata “que fueron intimidados además de tener que atravesar una violenta situación absolutamente ajena a su actividad periodística”.
“No alcanza con pedir perdón. Debe ser procesado por la agresión, por el ataque a la libertad de presa, y si a su vez existe una extorsión, debe recurrir a la Justicia y no al salvajismo”, se planteó en un comunicado.
Comunicado de ADEPA
La entidad condena el ataque y las presiones directas que, de acuerdo a lo informado, padecieron empleados del medio de comunicación.
Según la denuncia de la víctima, el precandidato a gobernador de Buenos Aires por el Frente Renovador se presentó ayer en la sede de la agencia y, sin mediar palabra alguna, le aplicó a Casalongue un golpe de puño en el maxilar, que le provocó el desmayo y heridas cortantes.
Un empleado de seguridad que acompañaba a De Narváez sacó fotos de lo que ocurría y pidió que levantaran una nota sobre el diputado que había sido publicada en el portal, agregó la denuncia.
En un breve comunicado emitido horas después de la agresión, De Narváez confirmó el episodio pero lo atribuyó al tenor agraviante de una nota publicada por ese medio platense, en el que se involucra a personas del entorno afectivo del dirigente.
"Dada la absoluta falsedad de la información contenida en esa nota y el agravio a mi familia producido por esta infamia, presentaré una querella contra el responsable de la publicación", dijo el diputado, quien luego pidió disculpas por el “grave error” que cometió y admitió que “no es así como se deben resolver las cosas”.
En efecto, la esencia de la libertad de expresión y de la convivencia democrática impone dejar de lado la violencia para dirimir diferencias. Quien se siente agraviado por informaciones u opiniones debe recurrir a la vía judicial para reparar eventuales daños a su reputación, pero nunca apelar a la agresión física.