¿No parece demasiado sospechoso que a menos de un mes de la entrada en vigencia de una Ley debatida en el Congreso, el Ejecutivo dictamine un decreto de necesidad y urgencia para modificarla? Más rara se pone la cuestión cuando de lo que estamos hablando es del acceso a los datos personales de los ciudadanos, información crucial conociendo las estrategias de marketing personalizado que utiliza el macrismo en campaña.

La ley de Acceso a la Información Pública entró en vigencia hace un mes, y establecía en su artículo 19 la creación de la Agencia de Acceso a la Información Pública como ente autónomo: sin embargo, la modificación por DNU la dejó ahora en manos de la cartera que conduce Marcos Peña, planificador y ejecutor de la estrategia comunicacional de Cambiemos. 

"Esto puede leerse como una continuidad de una gestión pésima en materia de protección de datos personales, está en consonancia con la utilización de datos de la ANSES con fines gubernamentales”, dijo a Página 12 Beatriz Busaniche, especialista de mercado informático de la Fundación Vía Libre.

Un reciente artículo de Clarín reconoce en boca de un funcionario que el equipo que desarrolla la campaña bonaerense del frente oficial hizo un cruce de datos del Indec con los resultados de la PASO, obteniendo así información crucial para gastar en proselitismo. "Es lo que hacen y para eso querían las bases de la ANSES, entre otras cosas”, remarcó Busaniche.

“Este tipo de entes debería estar por afuera del Ejecutivo porque si no el controlado está a cargo del control, como sucede con la Oficina Anticorrupción”, añadió la especialista al tiempo que advirtió que es completamente incoherente que la agencia deje de ser autónoma, ya que existe el riesgo de una posible “colisión de intereses”.