Ni el Banco Mundial sostiene los argumentos de Macri a favor del tarifazo
Según datos de la banca internacional, el nivel de consumo eléctrico es menor al de Chile y Uruguay, países que usó de ejemplos Mauricio Macri para afirmar que deberíamos usar menos energía.
A diferencia de lo que dio a entender Mauricio Macri, desde Vaca Muerta, Argentina tuvo un nivel de consumo eléctrico por habitante en 2014 fue de 3.052 kwh (kilowatt hora), lo que representa un 22% menos que Chile y un 1% menos que Uruguay. Lejos estamos del derroche.
El informe que presentó dicho organismo, y consignó el sitio LPO este martes, según especialistas si se tomara el consumo de este año, sería todavía menor.
De este modo, el tarifazo en los servicios no puede ser justificado como un problema de exceso de consumo. Así lo refleja un trabajo elaborado por los investigadores del CONICET Mariano Barrera y Esteban Serrani en base a datos publicados por el ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad), que fue citado por el mismo portal de noticias.
Los científicos aseguran, según la nota, que "no se observan grandes diferencias en los niveles de consumo a comparación con la década del 90', caracterizada por tener mayores precios debido a la dolarización de las tarifas y su indexación por contrato a la inflación estadounidense (mayor a la local durante esos años)".
La situación es similar en el uso del gas natural en los hogares. Entre el 2000 y el 2014, se registra una suba del uso del gas por usuario de solamente un 3% (3,4 m3/día vs 3,5 m3/día), teniendo paralelamente un alza exponencial de los subsidios. Luego de una caída post crisis 2001, el consumo aumenta hasta el 2014 al 0,8% anual acumulativo, alcanzando recién en el 2008 los niveles de comienzo de la década y llegando a 2014 con cifras muy similares.
"Los servicios públicos son inelásticos en términos de variación de demanda. A pesar de un posible primer momento donde el aumento de precios pudo llegar a ordenar los niveles de consumo, se llegó a una etapa en que las familias no tienen más posibilidad de ahorrar. La gente no puede dejar de calefaccionarse ni de tomar el colectivo. Puede haber una pequeña migración de la estufa a la calefacción eléctrica, pero el ahorro tiene un límite", explicó Andrés Di Pelino, vocero del Centro de Estudio de la Regulación Económica de los Servicios Públicos (Ceres) de la Universidad de Belgrano.