El lunes, el jefe de Gabinete Marcos Peña descartaba que el Gobierno Nacional tuviera intenciones de privatizar la construcción del satélite Arsat-3, achacando la versión a “otra mentira más” del kirchnerismo.

El propio Mauricio Macri despejó este martes toda duda: confirmó que el Gobierno Nacional está en tratativas para que la compañía norteamericana Hughes construya la nueva versión del satélite argentino, cuyos modelos anteriores fueron desarrollados por la estatal Invap.

"Esta posibilidad de una alianza estratégica con Hughes es basada en nuestra capacidad tecnológica", dijo Macri en entrevista con radio Seis de Bariloche, explicando que se trataría de “un socio estratégico que potencie las capacidades del Invap”.

"Les digo a los muchachos de Invap que no se preocupen: van a seguir trabajando, y estamos buscando cómo potenciar mejor su trabajo", afirmó el Presidente, advirtiendo que "esto recién comienza…"

Incluso, al referirse a las versiones ya operativas del satélite argentino, Macri fue absolutamente despectivo al señalar que "no queremos repetir esa experiencia que lanzamos un satélite y está vacío".

Vale advertir que a pesar de la intención concreto del macrismo de entregar el Arsat, esa medida sería ilegal, ya que viola la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital, que fuera aprobada en 2015.

En su artículo 8, la norma dicta que no se pueden ceder los derechos de este nuevo satélite y que, de hacerse cambios en el esquema que se propuso durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, deben ser previamente aprobados por el Congreso, según el artículo 10.