Luego de que el Gobierno de Michel Temer logró imponer la semana pasada en el Congreso brasileño una reforma laboral que acompaña un rediseño estructural en favor de los sectores más poderosos- donde los trabajadores y los sindicatos quedan a merced de un sistema todavía más asimétrico- en la Argentina ya son varios los sectores que ven con preocupación el impacto y la posible flexibilización que puede darse en nuestro país bajo el pretexto de "no perder competitividad". 

SALARIOS, TRABAJO AUTÓNOMO E INDEMNIZACIONES 

Mientras que en nuestro país- salvo los convenios en los que se especifica lo contrario- los salarios se abonan de manera mensual, la nueva ley de Brasil obliga al trabajador a negociar con su empleador el pago que ahora puede ser diario o en base a horas, fragmentando y licuando la capacidad de ahorro y consumo. 

En cuanto a los trabajadores autónomos mientras en nuestro país existe la relación de dependencia para los mismos en Brasil ya no es obligatorio el reconocimiento de ese vínculo laboral permanente. Por otro lado, en Brasil se crea la figura de "trabajo intermitente". 

Por otro lado, en lo que respecta a la desvinculación laboral en Brasil se anuló la obligatoriedad de negociar con los sindicatos despidos colectivos- un participación y homologación gremial que es exigida por la ley argentina- y además la indemnización deja de estar determinada por el salario quedando ésta bajo una órbita de negociación; contrario a lo que ocurre en nuestro país. 

JORNADA LABORAL, CONVENIOS Y SINDICATOS 

Mientras en nuestro país se mantienen los convenios colectivos, de la actividad que se desarrolla, por sobre las negociaciones individuales y/o empresariales; en Brasil la nueva ley mina el poder sindical y de lucha organizada. Además el aporte sindical - en Brasil- pasa a ser voluntario mientras que en nuestro país son obligatorios (además del porcentaje correspondiente en caso de afiliación). 

Con respecto a las horas extras, la nueva ley impulsada por Michel Temer prevé un "banco de horas" compensatorio de acumulación de trabajo por fuera de un acuerdo colectivo, algo que sí es requerido en Argentina. 

Además de fomentar la tercerización en toda industria y sector- no permitida por la ley argentina y relagada solo a actividades secundarias- en Brasil además se amplía la flexibilización al trabajo insalubre (por ejemplo, mujeres embarazadas o con niños lactantes pueden pasar a realizar actividades antes prohíbidas por el riesgo que conlleva determinado trabajo). 

EL TRABAJADOR AISLADO Y SOLO FRENTE AL EMPLEADOR Y LA LEY 

Uno de los hechos más notorios de la ley de Brasil es la forma en que le trabajador queda sin representación y aislado- de forma asimétrica- a la hora de reclamar por sus derechos y un trabajo y paga digna. 

Si en Argentina la empresa debe negociar con una comisión interna en la que existen delegados elegidos por los propios trabajadores amparados por un sindicato, en Brasil es el propio trabajador el que deberá negociar con su empleador además- en el mejor de los casos-  podrá formarse una comisión interna no sindical. 

Por otro lado, la nueva ley del país vecino dificulta el acceso del trabajador a los tribunales de justicia a la hora de reclamar por condiciones laborales.