Prendieron el ventilador y, tras las elecciones, el arco opositor político y mediático comenzó su estrategia apocalíptica de cara al 2015 con claros tintes destituyentes para desacreditar la legitimidad del gobierno nacional.

Transmitir miedo, pánico, e incertidumbre. Así el Grupo Clarín y Elisa Carrió sostuvieron que el kirchnerismo se termina y que la actualidad del país es un desastre. "Lo que vienen son enormes dificultades para toda la Nación" dijo una desatada Lilita. "Enormes dificultades económicas, sociales y políticas" proyectó la legisladora electa.

Pero el delirio no terminó ahí, aseguró que "faltan dos años de gobierno y no sabemos si vamos a tener presidente" y si "no tenemos presidente, quien va a ser el vicepresidente" se preguntó, olvidándose claramente de Amado Boudou. Sobre Cristina dijo que "no sabemos si vuelve", a pesar de que su regreso ya estaba pactado a un mes de la operación quirúrgica.

Lanata siguió en la misma lógica tremendista y carente de argumentos de la integrante de UNEN. Salió a sembrar pánico al sostener que "no sabemos quien gobierna", porque "nos dicen que Cristina no está al tanto de lo que pasa".

Pero Lilita siempre va un paso mas allá. Dijo que "el kichnerismo terminó" y que en estos "dos años hay que pagar la fiesta populista". "La clase media no puede pagar impuestos, están despidiendo empleados, hay recesión" continuó.

Aseguró que la quita del poder tiene que ser "lo menos traumático posible" pero acto seguido se olvidó de sus palabras y salió a advertir a distintos sectores. "Mucho cuidado los pequeños empresarios, las pymes" dijo la reina de los vaticinios.

Por último dio unos números al azar que no se sabe bien como los obtuvo. Para ella una farmacia que factura 250 mil pesos solo recibe en concepto de ganancia 5 mil pesos por mes, y luego aseguró que un Comercio (un poco amplio el concepto) recibe 3 mil pesos por mes.

"Los ajustes los tiene que hacer el PJ" lanzó Carrió, sobre el país que pretenden junto con Clarín.